HISTORIA
Desde las más antiguas civilizaciones el hombre ha utilizado como forma de
alcanzar mejoría en distintas enfermedades productos de origen vegetal,
mineral, animal o en los últimos tiempos sintéticos. El cuidado de la salud estaba en manos de personas que ejercen la doble función
de médicos y farmacéuticos. Son en realidad médicos que preparan sus propios
remedios curativos, llegando alguno de ellos a alcanzar un gran renombre en su
época, como es el caso del griego Galeno (130-200). De él proviene el nombre de
la Galénica, como la forma adecuada de preparar, dosificar y administrar
los fármacos. En la cultura romana existían numerosas formas de administrar las
sustancias utilizadas para curar enfermedades. Así, se utilizaban los
electuarios como una mezcla de varios polvos de hierbas y raíces medicinales a
los que se les añadía una porción de miel fresca. La miel además de ser la
sustancia que sirve como vehículo de los principios activos, daba mejor sabor
al preparado. En ocasiones se usaba azúcar. También se utilizaba un jarabe, el
cual ya contenía azúcar disuelta, en vez de agua y el conjunto se preparaba
formando una masa pastosa. Precisamente Galeno hizo famosa la gran triaca a la
que dedicó una obra completa, y que consistía en un electuario que llegaba a
contener más de 60 principios activos diferentes. Por la importancia de Galeno
en la Edad Media, se hizo muy popular durante esta época dejando de estar
autorizada para su uso en España en pleno siglo XX.
Es precisamente en la Edad Media donde comienza su actividad el
farmacéutico separado del médico. En su botica realiza sus preparaciones
magistrales, entendidas como la preparación individualizada para cada paciente
de los remedios prescritos, y se agrupan en gremios junto a los médicos. En el
renacimiento se va produciendo una separación más clara de la actividad
farmacéutica frente a médicos, cirujanos y especieros, mientras que se va
produciendo una revolución en el conocimiento farmacéutico que se consolida
como ciencia en la edad moderna. La formulación magistral es la base de la
actividad farmacéutica conjuntamente con la formulación oficinal, debido al
nacimiento y proliferación de farmacopeas y formularios, y esta situación
continúa hasta la segunda mitad del siglo XIX.
A partir de este momento empiezan a aparecer los específicos, que
consistían en medicamentos preparados industrialmente por laboratorios farmacéuticos.
Es así, que las formas galénicas no adquirirán verdadero protagonismo hasta
alrededor de 1940, cuando la industria farmacéutica se desarrolla y éstas
comienzan a fabricarse en grandes cantidades. Desde entonces hasta hoy en día
las maneras en que se presentan los medicamentos han evolucionado y la
diversidad que encontramos en el mercado es muy amplia.
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